
Muchos solemos conocer aquel refrán popular que dice “Los ojos son el reflejo del alma humana”, podría decirse que la lengua es el espéculo de tu salud por norma general.
Un detalle muy importante que seguro no conocías y es importante destacar, es que la lengua se caracteriza por ser uno de los músculos más fuertes del cuerpo, de igual manera, dispone del papel protagonista en nuestra fisiología.
¿Le miras el color, la manera, el tamaño? ¿La mueves, levantas, giras, enrollas o haces ejercicios con ella para revisar su elasticidad y funcionalidad?
Es frecuente que a lo largo de nuestra higiene oral, efectuemos alguno de estos juegos frente al espéculo, y si no, deberíamos hacerlo, por el hecho de que revisar si algo cambia en el aspecto, el color o la manera de nuestra lengua es una forma de prevención, ya que desde hace siglos la lengua ha servido para diagnosticar enfermedades o nosologías que afectan a otros órganos de nuestro cuerpo.

Examen lingual
Cuando el médico nos dice en la consulta”abra su boca, saque la lengua y diga ahhhhh por unos segundos” y se inicia una inspección ocular, está valorando el estado general de nuestra salud, no solamente el de nuestra lengua.
Este procedimiento milenario originario de la medicina tradicional china, prueba basándonos en la experiencia que nuestra lengua está íntimamente relacionada con las vísceras y otros órganos, al punto que se le llama el brote del corazón y la manifestación exterior del bazo y el estómago.
Todos nuestros órganos están conectados a la lengua, manifestándose a través de ella su condición energética, dando datos sobre el estado general de la sangre y de la energía anatómico, entre otros muchos.
La glosodiagnosis es una ciencia basada en diagnosticar diferentes afecciones o enfermedades mediante la observación del estado de la lengua.
En nuestras revisiones bucales, es del mismo modo nuestro dentista quien advierte que género de afecciones manifiestas por medio de nuestra lengua puede estar sufriendo nuestro cuerpo, pues la lengua es un músculo que más que sufrir enfermedades, es el reflejo de ciertas de ellas.
Las revisiones periódicas en nuestra clínica bucal son de vital relevancia para el diagnóstico precoz de ciertas enfermedades, ya que esta exploración se acostumbra a abarcar en la rutina de revisión odontológica.
¿Que nos puede contar nuestra lengua?
Podemos abarcar los inconvenientes de la lengua en 3 grupos:
- Cambios en la apariencia: incluyendo el color, la manera y el aspecto.
- Cambios en la función.
- Enfermedades de la lengua en sí.
Los cambios en la apariencia son los que vamos a tratar en este artículo.
Cambios en la apariencia| El tono de la lengua
Nuestra lengua si está sana, debe tener un color rosado. Si advertimos un cambio en esta tonalidad, la primera cosa que debemos valorar es si estamos tomando algún fármaco o hemos ingerido algún comestible o bebida que haya podido trastocar su color.
Una perturbación en su pigmentación o máculas, es síntoma de que algo no esté marchando apropiadamente.
Son primordialmente dos enfermedades las que pueden trastocar el tono de la lengua:
- La glositis
- La lengua geográfica
En la primera, la lengua se llene, cambia de color y debido a la inflamación, las papilas, que tienen el aspecto de protuberancias desaparecen mostrando una apariencia plana, al paso que en la segunda las papilas pierden su cobertura ocasionando áreas irregulares o redondas de color rosa, colorado o blanco (glositis en parches) que dan el aspecto de un mapa.
A esto se le conoce como “glositis migratoria” pues desaparece de forma espontánea y puede regresar a presentarse en otra área de la lengua.
Cambios en la apariencia | El tamaño de la lengua
En referencia a su aspecto, nos referimos primordialmente a cambios en su tamaño. Un incremento o inflamación de la lengua puede ser síntoma de variadas enfermedades.
Causas de la inflamación lingual:
- Graves: una reacción anafiláctica
- Leves: un corte por haberse mordido la lengua
- Irritantes
- Exposición a bebidas muy calientes, comestibles picantes, tabaco o alcohol.
- Edentulismo: haber perdido los dientes, y no tener prótesis bucales
- Reacciones alérgicas o efectos secundarios no deseados de algún fármaco.
- Infecciones bacterianas (glositis: inflamación y cambio de color)
- Cambios en la apariencia: El aspecto de la lengua
- Lengua velluda. La lengua se cubre de pequeñas protuberancias redondas que dan la apariencia de pelo, de color negro en la superficie superior, mostrando un aspecto velludo o piloso. No se trata de una afección grave, desaparece con antibióticos.
- Lengua negra, la superficie superior de la lengua se torna de color negro o cobrizo. Una afección que pese a ser desapacible, tampoco resulta perjudicial en el organismo.
- Lengua blanca, provocada básicamente por sistemas inmunológicos desgastados por una dieta poco conveniente, y donde la solución pasa por elevar nuestras defensas naturales con unas pautas convenientes de nutrición. Se asocia a nuestra digestión.
Para resumir, no está de sobra observar el tono o el tono de nuestra lengua cuando la limpiamos, así podemos adelantarnos o corregir cualquier problema médico a nivel general. Además de esto, limpiando diariamente nuestra lengua eludimos inconvenientes como la halitosis.
¿Cuál es el aspecto de una lengua sana?
Para poder recurrir a la lengua como indicador de nuestro estado de salud ya antes debemos conocer qué aspecto presenta en circunstancias normales. Desde el punto de vista clínico se estima que una lengua sana es aquella que:
- Puede moverse sin complejidad por la cavidad bucal en todas y cada una de las direcciones.
- Presenta un color rosado o rojizo tenuemente pálido.
- Está cubierta por una capa de saburra blanquecina y poco rebosante que no acaba de ocupar toda la superficie lingual.
- Conserva un punto de hidratación óptimo: ni demasiado seca ni demasiado húmeda.
- Tiene una superficie llana y homogénea, sin cortes, grietas o asperezas superficiales.
La exploración visual de la lengua se efectúa a dos niveles. Por una parte, se observan los tejidos, los vasos sanguíneos y su movilidad.