El canino incluido es un inconveniente usual que requiere tratamiento de ortodoncia para procurar rehubicarlo apropiadamente en la arcada bucal.
Se define como diente incluido, un diente retenido en el maxilar alén de la data de erupción normal, pese a tener la raíz absolutamente formada.
El desarrollo de los caninos superiores e inferiores empieza entre los 4 y los 5 meses de edad. Como promedio.
Los caninos superiores erupcionan entre los once y doce años de edad y los inferiores, entre los diez y once años de edad.
La frecuencia de caninos maxilares impactados cambia siendo su prevalencia más o menos entre un cero con noventa y dos y un dos con dos por ciento en población general. Siendo más usual en mujeres (1.17% ) que en hombres (0.51% ).
Es más a menudo que el paciente de clínicas bucales Propdental presente apenas el canino incluido en un lado que los casos de inclusión a dos bandas.
Al tiempo que la impactación de caninos maxilares por vestibular semeja estar asociada a la carencia de espacio en la arcada superior.
En el caso de los caninos impactados por palatino no hay una relación clara entre las diferentes teorías etiológicas y su presentación.
Ciertas hacen relación a su desarrollo dental. El canino maxilar es el diente con periodo de capacitación más largo, en la zona más distanciada y profunda del maxilar superior, con una larga vía de erupción, que erupciona cuando los dientes vecinos ya están en la arcada.
Causas del canino incluido
Otras causas del canino incluido son la carencia de reabsorción de la raíz del canino deciduo (que asimismo podría ser una consecuencia), la presencia de incisivos laterales anormales o ausentes inútiles de guiar la erupción del canino, perturbaciones del folículo dental (trauma, tamaño, situación, quistes), el cierre radicular prematuro y el apiñamiento bucal.
Sin embargo, en el caso de los caninos palatinos semeja que el componente genético juega un papel primordial en su etiología, ya que acostumbran a estar asociados a otras anomalías dentales, ocurren con diferente frecuencia entre sexos y conjuntos raciales y acostumbran a existir antecedentes familiares.
El canino incluido es el segundo diente tras el tercer molar en frecuencia de retención.
La incorporación de los caninos puede dar sitio a múltiples secuelas como la migración de los dientes vecinos y pérdida de la longitud de la arcada, la reabsorción de los dientes lindantes, capacitación de quistes dentígeros, infección, dolor referido, etc.
Con respecto a la población general la incidencia varia entre el 1 y el 3 % para los caninos superiores y ubica ambiente al cero con treinta y cinco por ciento para los inferiores, presentando una predilección por las mujeres, con una frecuencia de uno con cinco a tres,5 veces mayor que en los hombres.
Si bien semeja parcialmente pequeña la población perjudicada, se calcula que el canino superior supone un treinta y cuatro por ciento de las inclusiones bucales, al paso que la incorporación del canino inferior supone un cuatro por ciento de exactamente las mismas.
Para explicar esta situación, se han enumerado en la literatura diferentes factores etiológicos locales como falta de espacio por la discrepancia entre el tamaño del diente y la longitud de la arcada, factores sistémicos como anomalías endocrinas, o factores genéticos, que estarían íntimamente relacionados con esta inclusión.
Diagnóstico del canino incluido
El diagnóstico clínico se fundamenta esencialmente en la ausencia del canino en la arcada, o la persistencia en exactamente la misma del canino temporal. Y, con la observación radiológica a través de ortopantomografia, radiografia oclusal.
La radiografía gigante nos deja valorar si la inclusión es en zona vestibular o palatina/lingual. Y la radiografia periapical nos da información auxiliar y deja ver con más detalle si existe reabsorción de las raíces de los dientes lindantes.
Finalmente la tomografia computadorizada o TAC que nos deja ver la ubicación precisa el diente incluido en el maxilar.
Tratamiento del canino incluido
En lo que se refiere al tratamiento bucal del canino incluido existen diferentes opciones.
En el paciente adolescente o en el adulto joven en que la situación del canino deje la posibilidad de su tracción ortodóntica a la arcada, se efectuará la exposición o fenestración quirúrgica con o sin alveolotomía conductora.
La elección de una u otra técnica va a venir condicionada por la situación del diente incluido con respecto a la arcada dental y el hueso alveolar.
De todas y cada una maneras, siempre y en todo momento va a ser una resolución que va a deber tomarse en conjunto entre el ortodoncista y el cirujano ya que la colocación del aditamento ortodóntico va a estar del mismo modo limitada por el abordaje quirúrgico. Cuando no es así, el tratamiento de elección va a ser la exodoncia quirúrgica.
La abstención va a estar justificada en situaciones de enfermedad sistémica grave, embarazo o por complacencia del paciente en ausencia de síntomas o signos asociados al diente incluido.
Relevancia estética y funcional del canino
Por la suma importancia estética y funcional del canino, como por las dificultades que puede dar sitio su inclusión, en Clínicas Bucales Propdental efectuamos los estudios radiologicos y exámenes de diagnóstico que estimamos indispensables para una adecuada orientación y tratamiento de los paciente que presentan esta inclusión.
Muchos de los pacientes que tienen un canino retenido ignoran este hecho hasta el momento en que la retención da sitio a una complicación. Así, la reabsorción del incisivo lateral es una complicación que puede tener desapacibles consecuencias para el paciente como es la extracción del diente si esta reabsorción no es descubierta a tiempo.
Una vez establecido el diagnóstico de la situación anormal del diente incluido y su ubicación, palatina, media o vestibular, van a existir distintas opciones terapéuticas.
La abstención en el tratamiento del canino incluido, puede conllevar inconvenientes como la reabsorción del incisivo o la capacitación de quistes foliculares.
La extracción del diente incluido puede ser conveniente cuando el paciente no está presto a proseguir un tratamiento de ortodoncia para poner el diente en su situación conveniente, o el tratamiento ortodóntico-quirúrgico implique maniobras peligrosas para los dientes vecinos y no tengamos o no podamos conseguir el espacio conveniente para situarlo.