Una de las afecciones craneofaciales que dañan con una mayor frecuencia a la estructura de la quijada es la hipoplasia mandibular.

Esta se manifiesta como una malformación que influye en el aumento de la quijada, generando un aspecto de mentón pequeño o en las piezas inferiores en situaciones inapropiadas con respecto a las superiores, entre otros muchos.

Sin embargo, en determinados casos puede aparecer por sí misma, por causas genéticas o al lado de otros síndromes como el Pierre Robín o ciertas grietas faciales.

Si deseas conocer más sobre la hipoplasia mandibular, por qué se produce o qué hacer para corregirla, ¡sigue leyendo este blog post!

¿Qué es la hipoplasia mandibular?

Es una deficiencia sagital, vertical y trasversal del hueso maxilar que requiere una corrección multidireccional, afectando de forma negativa tanto a la estética como al campo bucodental.

A raíz de este incremento, pueden generarse algunos efectos sicológicos, en dependencia del grado de la deformidad física y de las deficiencias funcionales.

Una intervención temprana deja diagnosticar esta perturbación y pautar aquellos tratamientos ortodónticos y protésicos precisos, con el fin de administrar el cambio esquelético apropiado para prosperar el aspecto físico.

¿Cuántos grados tiene la hipoplasia mandibular?

Existen 3 grados que se fundamentan en el grado del desarrollo mandibular:

Grado 1

Abarca aquellas mandíbulas de enano tamaño. Cada uno de ellos de los componentes mandibulares se hallan presentes, mas están en modo hipoplásico, o sea, incompletos.

Grado 2

Se refiere a esas mandíbulas que son hipoplasias o subdesarrolladas y pueden añadirse en las subclases A o B, en dependencia de la malformación. Existe cierta anomalía, mas no son capaces de generar coyuntura con el hueso temporal.

Grado 3

Es el grado más severo y se asocia con otras anomalías bucales y/o craneofaciales. En un caso así, las mandíbulas se hallan gravemente subdesarrolladas o malformadas. La rama mandibular y el cóndilo continúan ausentes, los músculos son seriamente hipoplásicos y pueden causar ciertas lesiones en las vértebras.

¿Por qué se genera la hipoplasia mandibular?

Por norma general, se produce por una condición innata, asimismo a raíz de un trauma o lesión mandibular. No obstante, la razón de origen puede cambiar y estar asociada a otros síndromes o inconvenientes, como defectos en las orejas, la quijada superior o la nariz.

La deformación implica:

¿Qué síntomas genera la hipoplasia mandibular?

Una de las sintomatologías más relevantes es la pérdida de hueso en la quijada, sustituido por cantidades excesivas de tejido fibroso.

Por norma general, la condición se desvanece conforme el pequeño va medrando, si bien en algunos casos más extraños, esta sigue desfigurando la cara y acentuándose con el tiempo.

Otros rastros asociados podrían ser la apnea obstructiva del sueño, pues el aumento ineficiente de la quijada provoca un colapso de la vía aérea a lo largo del sueño, causando ronquidos y/o apneas habituales.

La hipoplasia mandibular, ¿puede aparecer por factores genéticos?

Sí, esta nosología está relacionada con la genética, por lo que el dentista efectuará estudios concretos basándose en la genética y antecedentes familiares del paciente a tratar. La enfermedad es el resultado de una mutación genética, por lo que pueden no existir técnicas de prevención libres.

Es más, la falta informativa que tienen los progenitores sobre la sintomatología que crea esta deformidad, podría ser una de las razones por las cuales no se reconoce el trastorno a tiempo.

Tratamientos para la hipoplasia mandibular

Ortodoncia prequirúrgica

Estos tratamientos ortodónticos se enfocan solamente en posicionar de forma ideal las piezas bucales y el maxilar superior, mas no pueden corregir la maloclusión. En los casos menos relevantes se opta por tratamientos ortodónticos adaptados, con el fin de disfrazar la anomalía. No obstante, en los fuertes y/o difíciles, se requerirá una cirugía siguiente mandibular.

Intervención bucodental

Se efectúa por la parte de cirujanos maxilofaciales tras el uso de anestesia general. Esta se realiza con el fin de conseguir y acabar cada uno de ellos de los objetivos establecidos en el tratamiento ortodóntico.

Esta intervención se fundamenta en trasladar el hueso mandibular perjudicado hasta el sitio donde debió haberse desarrollado, dando un soporte ideal con las piezas bucales superiores. Acostumbra a realizarse sola o en conjunto de una cirugía del maxilar superior o del mentón.

En ciertas ocasiones, es normal padecer inflamación postoperatoria, debido a la maniobra excesiva que se emite tanto en el hueso como en los tejidos blandos. No obstante, acostumbra a desaparecer tras una o un par de semanas.

Además de esto, para conseguir mejores resultados en un periodo corto de tiempo, se ponen placas de titanio en el área de la quijada donde se ha hecho la hendidura.

Tras la intervención, y para calmar la inflamación, se puede recurrir al uso de gomas encargadas de dirigir la quijada cara la situación adecuada. Estas gomas se utilizan provisionalmente y se retiran una vez cumplido el tiempo establecido.

Máscara facial

Se incorpora con aparatos de anclaje intraoral. Esta parte extraoral ofrece soporte en la frente y el mentón. El instante conveniente para ponerla y conseguir mejores resultados protésicos es en la protracción o en la etapa de dentadura decidua y mixta inicial. En tal etapa se consigue un mejor control vertical mandibular y una mayor estabilidad del tratamiento.

El anclaje interno de la máscara es un aparato de extensión mandibular que forja una disyunción de la sutura media palatina, activación e comienzo de una contestación celular de las suturas circunmaxilares y desmantela el maxilar, aportando una reacción más positiva a la protracción con un mayor desplazamiento esqueléticoantero del maxilar.

No obstante, el tiempo de tratamiento puede cambiar entre 4 y 15 meses, más o menos, y los cambios protésicos se aprecian trascurridos entre 3 y 6 meses postratamiento.

Distracción osteogénica

Es un procedimiento empleado universalmente para el tratamiento de múltiples anomalías craneofaciales innatas y adquiridas. Se fundamenta en el proceso de neoformación ósea entre dos segmentos óseos como contestación a la aplicación de fuerzas tensionales graduales entre los bordes de una fractura quirúrgicamente efectuada, respecto a las suturas maxilares.

El beneficio de la distracción es que deja corregir deficiencias maxilares verticales, trasversales y anteroposteriores severas de forma temprana, en contraste a la cirugía ortognática que debe aguardar a que el aumento y desarrollo mandibular culmine.

Recomendaciones postoperatorias para la hipoplasia mandibular

La intervención dura cerca de 3 horas y el alta médica acostumbra a darse al día después. No obstante, para tener una restauración satisfactoria debes hacer lo siguiente:

Continuar una dieta líquida a base de sopas, cremas y batidos, los que deberán ingerirse con paja.

Dormir sentado, ya que frecuentemente se presenta complejidad al respirar.

Llevar las bandas flexibles en los huesos maxilares a lo largo de todo el día. De este modo se previene el desplazamiento maxilar, si bien ocasione complejidad en el momento de charlar con absoluta naturalidad.

A lo largo totalmente el proceso de posrecuperación se aconseja el uso de calmantes antinflamatorios, esto calmará los dolores y/o molestias.

Establece una rutina de ejercicio suave a moderado siguiente a las 3 semanas de la intervención, como pasear, pilates o yoga, esto va a ayudar a liberar la tensión y el agobio ocasionados.

Trascurridas las dos primeras semanas puedes mudar la dieta líquida a sólida, consumiendo comestibles como arroz, puré, pescado, cremas y tortilla y, además de esto, no va a ser preciso utilizar las bandas.

La posrecuperación puede verse perjudicada para quienes desarrollen actividades con determinado peligro físico o que impliquen charlar continuamente, por lo que va a depender de la actividad laboral del paciente.

De igual modo, se puede destacar que, si se toman ciertas prevenciones y cuidados, la integración laboral puede darse desde la cuarta semana sin inconveniente.